Repaso de días clave durante la Cumbre del Clima en Madrid
Dejo por aquí mi participación en el Podcast de Ecovidrio para analizar la COP25 tras su clausura.
JORNADA INAUGURAL: Madrid inaugura la COP25, una cumbre de transición
La nueva cumbre del clima, que ha cambiado su sede de Chile a Madrid por la situación del país latinoamericano, abre sus puertas con grandes ausencias y asignaturas pendientes
Atrás quedó el estrés y la urgencia que habían acompañado a los organizadores de la COP25 Chile, que, como consecuencia de los disturbios en el país latinoamericano, cambió de sede a pocas semanas de su celebración. Madrid (España) anfitriona de último minuto, abría las puertas de su recinto ferial ayer. Perímetros y arcos de seguridad, acreditaciones, desayuno (se sirvió fruta y chocolate con churros hasta las diez de la mañana), prisas y visitantes intentando ubicarse.
Hasta siete pabellones (uno de ellos dedicado a los eventos no oficiales, lo que se ha llamado Green Zone Climate Action) acogen hasta el día 13 de diciembre, plenarios, conferencias de prensa y sesiones a puerta abierta y cerrada. Naciones Unidas plantea que se pase por todos los puntos de la agenda, incluidos cada uno de los los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Aunque el primer día es el de mayor optimismo, en el aire flota la sensación de que, irremediablemente, esta cumbre será una transición hacia la del año que viene, que se celebra en Glasgow. Que se alcanzarán pocos acuerdos. Tampoco es de extrañar; en 25 años de cumbres no se ha conseguido que comiencen a bajar las emisiones globales que causan el calentamiento global.
¿Es una cumbre fallida de inicio, entonces? No será una cumbre paréntesis, pero todos coinciden en que trata de continuar el Acuerdo de París, sin grandes novedades. Se prevé que amplíe el compromiso por el aumento de la temperatura media. Los políticos aseguran que se quiere dar una respuesta “ambiciosa y contundente” a dos números mágicos. Uno es el 1,5, los grados centígrados, la temperatura a la que se quiere limitar el aumento (por cierto, estamos en 3,2° C) y el otro es el 6, un complejo artículo que no se cerró en París, que habla sobre mercados de carbono y otras formas de cooperación internacional. Tan complejo como polémico.
Sobre ello se ha hablado en una mesa especial dedicada al polémico artículo. El director de Multilateral Climate Strategy and Lead Counsel in the global climate program at the Environmental Defense Fund (EDF), Alex Hanafi, ha resumido los asuntos que se arrastran de la última de las cumbres, Katowize. “Para regular todo lo que hay que regular sobre el artículo 6 hace falta mucho más tiempo”, contó. Su compañera Yamide Dagnet, Senior Associate, International Climate Action sonaba más realista: “Esta COP va de asegurarnos de que estamos entendiendo las cosas para abordar la siguiente cumbre desde otro punto de vista”, explicaba, restando transcendencia a la COP25.
Antes de media mañana se inauguraba oficialmente la cumbre, bajo la presidencia de la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, que ha reconocido que los acuerdos alcanzados hasta ahora “no son suficientes”. La chilena dado paso al Presidente del Consejo de Administración del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Hoesung Lee. “Los dos últimos reportes que se han lanzado, el de la tierra y la alimentación y los océanos”, ha dicho el científico, en relación a los informes del ICPP, “dejan claro que el clima va a seguir exacerbando la pobreza y eso debería servir como una forma de despertarnos; lo que estamos haciendo para frenar lo que está pasando no es suficiente”, ha explicado. “Los científicos os vamos a ayudar, pero por favor, decidnos qué necesitáis, hay que adoptar cambios sin precedentes”. La ciencia también se subía al escenario por la tarde. El premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, desde la mesa de descarbonización sentenciaba: “La ciencia da los datos pero la sociedad es la que decide qué hacer».
La rotundidad de la ONU El discurso de António Guterres, secretario general de la ONU durante la mañana había sido uno de los más comentados. Tremendamente contundente y crítico se mostró el representante de las Naciones Unidas: “Seremos recordados como la generación que no hizo nada mientras la tierra ardía. Hay que llegar a 2025 con el objetivo de carbono neutral”, sentenció. “Me frustra la lentitud de los cambios teniendo toda la tecnología necesaria a mano. El artículo 6 debe ser una prioridad y todos los sectores debéis centraros en la descarbonización”.
Se esperaba con mucho interés (y cierto morbo) a la política estadounidense Nancy Pelosi. Al igual que pasa con Brasil (que rechazó acoger la cumbre en primer lugar, antes de Chile tras la victoria del negacionista Jair Bolsonaro), EE UU es uno de los países que más se han opuesto a las resoluciones del Acuerdo de París. La presidenta de la Cámara de Representantes ha destacado la oposición del país contra este negacionismo. “Estados Unidos sigue implicada. Somos muchos los que estamos comprometidos”.
Poco después, en la mesa específica sobre descarbonización de la economía, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, mantenía un tenso discurso a favor del “enfoque capitalista” de la transición ecológica. Después de llamar a la implicación del sector privado, el representante de Bolsonaro criticó la mentalidad “antiprivada” de la sociedad.
La economía es uno de los temas sobre los que se sustenta toda esta cumbre. Y ha estado representada en esa mesa de descarbonización por la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín y por Emma Navarro, vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones. Botín, que ha resaltado que como banco quieren “influir el comportamiento de nuestros clientes”, ha exigido que “hechos” a los Gobiernos y ha recalcado la necesidad de “medir, monitorizar y poner precio al carbono”. “Necesitamos acuerdos, medidas y saber quién va a supervisar esto”. La jornada del día 3 estará dedicada a las ciudades y las regiones, “actores dinamizadores de la descarbonización”. La agenda de los próximos días seguirá estas áreas temáticas: el día 4 se hablará de ciencia, innovación e industria. El 5 de agricultura, el 6 de océanos y agua y el 7 de energía y movilidad.
TERCER DÍA: LLEGAN EL ACTIVISMO Y LOS MOVIMIENTOS JUVENILES
Y el tercer día llegaron ellos. La plataforma Juventud por el Clima desembarcó en Madrid con una rueda de prensa con representantes de los cinco continentes en el auditorio más grande del primero de los cuatro pabellones que ocupa la COP 25 de Chile. Aplausos, vítores y lemas en todos los idiomas del mundo. “¡Alza la voz por el futuro, te quiero oír gritar. Haz que las grandes corporaciones paguen, echa a los que contaminan de una patada!”, habían cantado algo antes un grupo de jóvenes latinoamericanos en defensa de los indígenas. Son estos pueblos los que más sufren las consecuencias del cambio climático y una de las voces que suele silenciarse en este tipo de eventos.
Sin ir más lejos, el hecho de que la cumbre en vez de en Chile se haya tenido que trasladar a Madrid (por la “incertidumbre” en el país andino) ha despertado las voces de los activistas climáticos, que recuerdan que son sus recursos naturales y tierras las que se explotan “por el bien del progreso”. “Quiero hacerle saber a las comunidades indígenas que nuestras voces se están alzando y que reconocemos su lucha frente a la crisis climática”, explicaba desde el escenario Joel Peña, un mapuche llegado de Chile que no ha dejado pasar la oportunidad para pedir a los dirigentes de su país que “miren al pueblo a los ojos y le digan que son líderes ambientales”. El auditorio se rompió en aplausos cuando se pronunció el nombre de Greta Thunberg, líder de este movimiento, que está en Lisboa y cuya llegada se espera en los próximos días.
La alfombra azul de las autoridades En la COP 25 nadie se quiere perder la foto. Presidentes, secretarios generales, ministros y alcaldes han ido desfilando por la alfombra azul (la reservada a autoridades y representantes institucionales) reivindicando su compromiso por el clima. Hasta el polémico primer Edil de Madrid, José Luis Martínez Almeida ha participado en los encuentros. “Debemos educar a la gente para que se deje el coche en casa y dar ejemplo”, dijo ayer desde una mesa de ciudades por el cambio climático en el pabellón de España.
Por la tarde fue la Reina Letizia la que se dejó ver. Participó en un panel sobre salud y cambio climático en las ciudades. Justo por la mañana se había presentado un demoledor informe de la OMS en el que se advertía que la contaminación provoca siete millones de muertes prematuras en el mundo y sólo en España, 10.000. “Y los fondos de los países para adaptar los sistemas sanitarios al cambio climático no se están canalizando. Parece que no es prioritario”, explicaba María Neira, directora del departamento de Salud Pública y del Ambiente de la OMS.
En estos tres primeros días se han presentado casi una decena de informes que no dejan espacio para el optimismo. “Estamos peor que cuando se firmó el Acuerdo de París, la ciencia no deja lugar a dudas. Las emisiones de CO2 tienen que reducirse hasta el cero neto a nivel global para evitar que el planeta siga calentándose”, explicó el profesor Pierre Friedlingstein, profesor de la Universidad de Exeter y uno de los autores del estudio sobre el Presupuesto Global de Carbono. El pacto climático de París fijaba que el aumento de la temperatura fuera 1,5ºC como máximo. Lamentablemente, eso es ahora una quimera. La cifra parece rondar los 3ºC.
También el miércoles aseguraba Germanwatch que ya no importa la riqueza de los países para notar los efectos del cambio climático. Los países con mayor índice de riesgo climático global 2020 son Japón, Filipinas y Alemania. “En los últimos 20 años, los más afectados son Puerto Rico, Myanmar y Haití. Ningún continente ni región puede ignorar el daño de estas catástrofes ni el hecho de que se necesita financiación adicional para los países en vías de desarrollo», resumía David Eckstein, de Germanwatch. Su compañero, Renato Redentor B. Constantino
Executive Director at the Institute for Climate and Sustainable Cities (ICSC) ha añadido: «Es inaceptable, una vergüenza. Hay que ver esto como un fallo de todos los gobiernos que han estado emitiendo en exceso y sin pensar en los demás. Este índice es un recordatorio de que la acción en Madrid debe ser clave para reducir rápidamente las emisiones». Así de críticos se habían mostrado en la apertura de la cumbre los principales dirigentes y representantes de las Naciones Unidas y el IPCC.
La generación que no hizo nada “Seremos recordados como la generación que no hizo nada mientras la tierra ardía. Hay que llegar a 2025 con el objetivo de carbono neutral”, sentenció António Guterres, secretario general de la ONU. “Me frustra la lentitud de los cambios teniendo toda la tecnología necesaria a mano. El artículo 6 debe ser una prioridad y todos los sectores debéis centraros en la descarbonización”. Guterres hacía referencia así a uno de los puntos más polémicos de esta cumbre. A pocas horas de empezar la COP 25, los principales portavoces de los organismos internacionales ya dijeron que era ingenuo pensar que se va a llegar a cumplir con este objetivo que hace referencia al mercado de emisiones de carbono.
“Para regular todo lo que hay que regular sobre el artículo 6 hace falta mucho más tiempo”, manifestaba el director de Multilateral Climate Strategy and Lead Counsel in the global climate program at the Environmental Defense Fund (EDF), Alex Hanafi. “Esta COP va de asegurarnos de que estamos entendiendo las cosas para abordar la siguiente cumbre desde otro punto de vista”, apostillaba su compañera Yamide Dagnet, Senior Associate, International Climate Action, restando trascendencia a la COP25. ¿Conclusión? Esta es una cumbre de transición en un momento donde la rapidez en la toma de decisiones es más importante que nunca, a la luz de los datos que ya se conocen y que avalan los científicos.
“Os vamos a ayudar, pero por favor, decidnos qué necesitáis, hay que adoptar cambios sin precedentes”, rogaba desde el auditorio al Presidente del Consejo de Administración del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Hoesung Lee. La ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, que le acompañaba, se mostró rotundamente franca al decir que los acuerdos alcanzados hasta ahora “no son suficientes”.
Las sociedad civil, las empresas y las finanzas también se han acercado a los distintos paneles celebrados en estos días. La la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín y por Emma Navarro, vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones se sentaron en la misma mesa para hablar de la descarbonización de la economía. Botín destacó que necesitan “hechos” por parte de los Gobiernos y ha recalcado la necesidad de “medir, monitorizar y poner precio al carbono”. Este mismo debate lo había puesto sobre la mesa el presidente en funciones, Pedro Sánchez, que, en su discurso inaugural había dicho: “Si fue Europa quien lideró la revolución industrial y el capitalismo fósil, ha de ser Europa quien lidere la descarbonización”.
SEGUNDA SEMANA: El sector privado, llamado a liderar los cambios
En la segunda semana de negociaciones, y la primera en la que empezarán a conocerse resultados y mandatos, las empresas se colocan en la casilla de salida para agilizar la transición energética que ayude a cumplir con los objetivos climáticos
Segunda semana de Cumbre Climática. No hay opción para el cansancio porque la actividad sigue siendo frenética. Si bien el ritmo de los informes del ICPP ha bajado –la semana pasada los resultados sobre el estado de los océanos, la salud y los deberes del Acuerdo de París fueron devastadores– ahora le toca a los Gobiernos, a la luz de la ciencia, ser los que lleguen a acuerdos a puerta cerrada para intentar salvar los muebles.
Al final de la jornada del lunes, la Comisión Europea repasaba los temas candentes y anunciaba que el miércoles se presentará el European Green Deal. “La madre tierra nos ha dicho que ya está bien”, decía el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans. “No me preocupan los negacionistas, la ciencia es irrefutable. Me preocupa más el grupo de gente que empieza a estar desesperada y cree que hemos perdido. Pero esto no tiene que ser un desastre si actuamos”. Y tuvo una mención para los miembros de la UE que no están de momento tan implicados: “Deben entender que esto es estrictamente necesario”.
También aludió a los miembros globales que no están tan avanzados en el compromiso. “Es el momento de tomar acciones precisas y urgentes. Tenemos que convencer a los socios globales de moverse en esta dirección, tienen que desarrollar planes ambiciosos”. Preguntado sobre China, Timmermans ha dicho que “la confrontación no sirve de nada”. “Quiero permanecer optimista respecto a un acuerdo con ellos y que se sumen más socios”, ha dicho. También respondió sobre las conversaciones con Brasil. “La Comisión Europea no ha podido hablar con ellos de momento, pero no puedo concebir una falta de acuerdo en el tema de la selva del Amazonas. Voy a ser claro: todos los acuerdos deberían llevarnos de París [del Acuerdo de París] para adelante, y no para atrás”. Su posición sobre EE UU es parecida: “Hay que convencerles de que esto es bueno para la economía y para el mercado de trabajo, a largo plazo”.
La voz de las eléctricas y las empresas de infraestructuras Una de las primeras mesas del día sentó al World Business Council for Sustainable Development y a la International Chamber of Commerce junto a representantes de Acciona y de Enel, a PNB Paribas y a una representante de Business For Nature. Cerró el acto Paul Polman, ex CEO de Unilever y, posiblemente, uno de los empresarios más reconocidos por su aportación a la sostenibilidad en los negocios. “Estamos hoy aquí en uno de los países con mayor riesgo de desertificación y hay que establecer las coaliciones necesarias para llegar a tiempo”, exponía Peter Bakker, President and CEO WBCSD. Su colega Magda Dabaghi, de la International Chamber of Commerce (ICC), había dicho que “los negocios se están moviendo hacia un sitio sin precedentes”, aseguraba, pidiendo alianzas.
El responsable de Acciona, José Luis Blasco, Global Sustainability Director, insistió en que “sin financiación no vamos a llegar a tiempo”. “La complejidad del problema exige que cambiemos la forma de pensar, no solo centrarnos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la transición justa sino afrontar que tenemos que cumplir con el límite de 1,5ºC y que los caminos trazados para llegar a esto no parecen suficientes, hay que ser más contundentes y actuar de forma más fuerte”.
El Head of LatAm de Enel, Maurizio Bezeccheri añadió que “el nuevo panorama implica cambiar por completo la gestión de la energía” y exigió que se mida de forma muy “transparente”. “El Acuerdo de París es bastante cualitativo, pero tenemos que definir objetivos, dar números para hablar de 1,5ºC. Y tenemos que financiar esta transición; se espera que se muevan trillones de dólares y se genere un gran mercado laboral. Estamos hablando de negocios totalmente distintos a lo que hemos vivido. Tenemos que hablar de descarbonización, electrificación y de almacenamiento y de la concentración de la población en mega ciudades”.
La agenda diaria es densa y las mesas están llenas de lugares comunes. En algún caso, se comenta incluso que no parece que las sillas de los expertos las ocupen los verdaderos especialistas en los asuntos a tratar. Cabe mencionar que desde hace unos días se han multiplicado los actos de protesta juvenil dentro y a las puertas de la Cumbre. Otro punto reseñable es que en los discursos se percibe una clara brecha generacional. Sin duda, los movimientos de juventud por el clima, entre otros colectivo, están movilizando a la sociedad civil.
Existe, de hecho una contracumbre, la cumbre social, celebrada en la Universidad Complutense de Madrid, tremendamente transitada. Y por poner un ejemplo de tensión intergeneracional, el sábado en el pabellón de España el portavoz de Carbon Market Watch chocó con sus compañeros del panel dedicado a la aviación, cuando expuso que la solución para las emisiones de los vuelos para por limitar la cantidad de aviones que se toman e incidió en la tendencia de los jóvenes a preferir el ferrocarril y demandar ampliar las rutas y mejorar la electrificación.
Fin del debate: toca actuar El Secretario General del ICC, en la mesa que compartía este lunes con Acciona y Enel, fue contundente respecto a la naturaleza de la agenda de la COP 25 y sus eventos paralelos: “Esto no puede ser solo reunirse a charlar y debatir, necesitamos movilización de todos y centrarnos en las empresas grandes aquí representadas pero también en las pymes y compañías locales. Esto no es algo que invite a unos cuantos países, sino a todos”. Eva Zabey, Executive Director Business For Nature, también tuvo un discurso claro que arrancó aplausos de la audiencia “La naturaleza debe ser material para los negocios, porque si no tenemos planeta no podemos hacer nada, mucho menos negocios”.
No hizo falta presentar a Paul Polman, actualmente Co founder of Imagine. El holandés dio un repaso a los informes del IPCC y recordó que “nos obligan a actuar radicalmente, con urgencia y ambición; esto no va de qué podríamos hacer, sino que hay que hacerlo y no llegamos”. En su opinión, “faltan líderes que inspiren cambios”, dijo. E incidió en el papel clave y fundamental de las empresas “más rápidas que los gobiernos pero sin planes efectivos, determinados y con fé”.
Informe sobre el mercado de carbono También el lunes se presentaba un informe sobre el mercado del carbono, uno de los puntos más calientes de esta COP 25; porque parece evidente que no se va a poder resolver lo que se arrastra desde París. Demasiados actores, intereses, países, sectores y urgencias en liza para regular el mercado de las inversiones de carbono y todo lo que lleva implícito. El reporte, Targeting Climate Change: Growing Momentum for Carbon Capture and Storage, lo presentó el CEO de Global CCS Institute, Brad Page, que después de comentar que este ha sido “uno de los peores años para el clima”, recordó que “las emisiones globales continúan aumentando de forma peligrosa y se necesita una acción climática audaz para mantener el calentamiento global a 1,5º C”. Remarcó que hay que multiplicar “por cien” el número de instalaciones CCS (captura y almacenamiento de carbono).
El panel “Enhancing the engagement of the private sector in adaptation planning and implementation”, dio voz a representación política y la empresa. El aeronauta suizo Bernard Piccard, portavoz de la Solar Impulse Foundation, micrófono en mano, hizo saber a todos los participantes que vamos tarde para el Acuerdo de París. “No estamos entendiendo lo rentable que es hacer las cosas de una forma armónica por el planeta. Cuanto más esperemos, más difícil y caro será llevarlo a cabo. Todo el mundo te dice que sí, que les interesa, pero nadie actúa”.
Frederick Schafferer, miembro del Adaptation Committee, habló de cómo comprometer a las empresas. “Es muy difícil, no podemos mentir”. Alex Crawford, de NAP global Network, reivindicó el papel de la corporación privada en la transición. “Los Gobiernos solos no pueden ser responsables de la adaptación, tiene que involucrar a un montón de partes. El sector privado genera el 90% de empleos y sabe qué puestos nuevos se van a crear”.
En su opinión, el sector de ‘compliance’ será uno de los más involucrados, “porque estará al tanto de las preocupaciones y necesidades de los inversores”. Por ello, dijo, “la planificación sectorial es fundamental”. A partir del martes empiezan a conocerse algunos de los mandatos que han traído a los centenares de asistentes a la COP 25. Aunque, por el momento, y pese al optimismo de la Comisión Europea en la rueda de prensa del lunes por la tarde, las esperanzas puestas en esta cumbre siguen manteniendo un perfil bien bajo.
CIERRE: ACUERDO DE MÍNIMOS
El domingo por la mañana concluía la Cumbre del Clima COP25 Chile-Madrid, que venía con el ‘slogan’ “Tiempo de Actuar”, que sienta las bases para que en 2020 los países presenten compromisos de reducción de emisiones más ambiciosos para responder a la emergencia climática. La aprobación del Artículo 6, la regulación de mercados de carbono, ha fracasado, aunque la ministra Schmidt aseguraba que se ha avanzado en el texto para Glasgow, la próxima COP.
En este nuevo ciclo la clave está en que todos hagan más y más rápido, tal y como queda reflejado en lo aprobado. Gracias a la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, que fue llamada a buscar acuerdos de madrugada, se aprobaron los tres puntos clave de la negociación: mayor ambición, Mecanismo de Pérdidas y Daños frente a los impactos del cambio climático y financiación.
Sin embargo, el débil resultado de la COP25 agranda la brecha entre los Gobiernos y la ciencia sobre la crisis climática. “Cerramos la COP con sensaciones encontradas, aunque tenemos avances en textos concretos. Tenemos que avanzar más rápido y mejor porque nos lo están exigiendo en la calle”, resumía la ministra chilena Carolina Schmidt, casi un un hilo de voz al cierre de la sesión, casi a la 1 del medio día. El ministerio de transición ecológica compartía, durante el pleno estas conclusiones:
- La COP25 sienta las bases para que los países sean más ambiciosos ante la emergencia climática.
- La lucha contra el cambio climático es una cuestión transversal, de ahí que se haya invitado a representantes de todos los sectores, incluidas las finanzas.
- El acuerdo pide un aumento de la ambición de los compromisos de lucha contra el cambio climático en 2020, siguiendo el calendario del Acuerdo de París.
- Manifiesta la “urgente necesidad” de que esos nuevos compromisos de los países salven la brecha existente en los actuales con respecto al objetivo de París.
- Reivindica que ese aumento de la ambición sea coherente con lo que dice la Ciencia y exige la gente en la calle.
- Reconoce la acción climática de los actores no gubernamentales, les invita a que la incrementen y generalicen estrategias compatibles con el clima.
- Se compromete a trabajar y profundizar en las respuestas a los daños irreversibles que provoca el cambio climático en los países más vulnerables en el marco del Mecanismo de Pérdidas y Daños.
- Pacta un nuevo Plan de Género para dar respuesta al efecto desigual del cambio climático en las mujeres y niñas.