Radiografía de MOMAD Sustainable Experience o de por qué aún nos queda para tener una moda sostenible real
La semana pasada tuve la oportunidad de participar en una mesa redonda en MOMAD (la feria de moda de Madrid) en la que se habló sobre medios de comunicación y Sostenibilidad.
- En la foto, de izquierda a derecha: Susana Vela, Belén Kayser, Violeta Valdés y Belvis Soler.
Aquí os dejo la foto donde salimos comentando (escuchando muy atentas a la maravillosa directora y fundadora de Luxiders Magazine).
Antes de ello, había estado visitando las colecciones sostenibles que se presentan en la feria. Este año me tocaba ser jurado del II Concurso “Moda, Sostenibilidad y Negocio”, donde valorábamos los siguientes parámetros: Diseño, materias primas, producción, responsabilidad social, imagen de marca y producto. Me sorprendió ver la enorme diferencia que existe entre los expositores. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la falta de conocimiento que tienen algunos de ellos (más de los que pensaba) sobre la moda sostenible.
Casi siempre hablo de empresas grandes y ‘ecopostureo‘, pero ahora hablo de las pequeñas, de las que emprenden. Y hay dos grupos claramente diferenciados (o tres).
- Los artesanos que por fin tienen la opción de sacar la cabeza y dar brillo a su trabajo a través del trabajo de moda lenta, responsable y sostenible.
Buen ejemplo: Marita Moreno, por ejemplo - Los jóvenes, diseñadores, modistos que emprenden, que estudian moda, y saben que tienen que cambiar el paradigma, y desde cero empiezan trabajándoselo bien, despacio y con buena letra (y con mucho margen de mejora, pero toda la ilusión).
Otro ejemplo de este grupo: MR (María Rosa) Bravo. - Y los que no tienen ni idea pero saben que se habla de ello. Son peligrosos. Y aquí hay dos subgrupos:
- Los de la escuela de negocios, que yo les llamo. No son modistos, no saben dar una puntada, no conocen a Greta Thunberg, pero llevarían una camiseta de fast fashion con su cara estampada. No saben cómo se llama la persona que fabrica sus prendas, pero sí cuánto factura. Porque les gusta el mundo de la moda. Éstos solo piensan en clave plan de negocio que creen que solo el dinero y la rentabilidad construyen el proyecto. Error. Y cuidado. Éstos te la cuelan, porque tienen dinero para que alguien te cuente bien la historia. Como no conozcas las colecciones, las toques y preguntes bien, porque a veces no tienes forma de demostrar lo que cuentan y como sus cifras ‘encajan’, caes y te meterás en su juego.Conversación real:
– Ya enviamos alguna prenda a Australia
– ¿Y cómo medís la huella de carbono del transporte?
– En nuestro plan de negocios está que contactaremos con una auditora… De momento enviamos en cajas de cartón reciclado
– ¿Y va en avión, barco…?
– Eso de la huella de carbono del transporte no nos lo habíamos planteado - Y los que reciclan prendas porque es rentable y hacen algunas sin gusto estético, dando una imagen muy mala, sinceramente. Estos últimos no tienen ni idea de Sostenibilidad ni de moda. No saben por dónde les viene el viento. Y hay que tener cuidado, como tienda que compra sus colecciones y sabe vender el mensaje mejor que los proveedores, puede llegarnos como un producto con historia y no tenerla.
- Los de la escuela de negocios, que yo les llamo. No son modistos, no saben dar una puntada, no conocen a Greta Thunberg, pero llevarían una camiseta de fast fashion con su cara estampada. No saben cómo se llama la persona que fabrica sus prendas, pero sí cuánto factura. Porque les gusta el mundo de la moda. Éstos solo piensan en clave plan de negocio que creen que solo el dinero y la rentabilidad construyen el proyecto. Error. Y cuidado. Éstos te la cuelan, porque tienen dinero para que alguien te cuente bien la historia. Como no conozcas las colecciones, las toques y preguntes bien, porque a veces no tienes forma de demostrar lo que cuentan y como sus cifras ‘encajan’, caes y te meterás en su juego.Conversación real:
Por eso mi consejo, la enseñanza que extraigo de esto es: id siempre a la marca original. Conoced la marca, la gente que está detrás, preguntad todo lo que queráis. Sed implacables. Si reseteamos la moda, lo hacemos bien.
Porque no todo lo que es reciclado es sostenible; el proceso de ser responsable no se limita únicamente a hacer prendas con residuos y después no contar la huella de carbono de los envíos (o ni planteárselo) y siempre hay que tener gente que sepa en los stands.
Además es que tiene que ser moda. Y muchísima gente no tenía ni idea de cómo estaba bordada la prenda (les preguntabas por un bordado, te respondían con su plan de negocio a cinco años), o con que sus cajas eran de cartón reciclado. Eso es no tener ni idea de qué va la película.
Como ahora está ‘en boga’ esto de la Sostenibilidad veo que hay muchos emprendedores que se ponen a hacer moda sostenible porque solo ven las cifras y las tendencias pero no tienen ni idea de confección o de medio ambiente (las dos cosas me parecen igual de graves).
A veces porque nunca les ha importado y ahora ven un filón económico, otras porque ven que empieza a ser rentable el hilo y prendas recicladas. Pero eso es un error y hacen un flaco favor a toda la gente que sí que se lo está trabajando, que tiene gusto, que quiere hacer moda bonita, de calidad y bajo impacto y que dure.
Aquí, señores y señoras, el asunto es que hay que saber mucho de medioambiente, clima y Sostenibilidad, pero también de hacer moda y que sea buena.
Esperemos que 2020 nos traiga más profesionalidad y, sobre todo, más formación a MOMAD y a la moda en general. Hay que parecer pero sobre todo ser.