Este texto es una continuación del tema que preparé la semana pasada sobre turismo responsable, para ampliar mi intervención en La SER (Hoy por Hoy) que podéis escuchar aquí:
En esta parte intento explicar cuáles son mis motivaciones para dedicarme a este tipo de informaciones…
Siempre tiene que existir un caldo de cultivo. Una familia, un colegio, una pandilla de amigos, unos valores. Mis primeros recuerdos se sitúan en una casa baja en San Sebastián, frente a un huerto (ahora son todo casas) y con vistas al monte. Así crecí, pasé mi infancia. Luego de adulta no me costó darme cuenta por qué me apasionaban los huertos urbanos o la ecología. Mi padre era un gran amante de la montaña, también mi madre. Y cada fin de semana salíamos y respetábamos la naturaleza. Daba igual que viviéramos en la gran ciudad, necesitábamos el verde y cuidarlo.
Mi abuelo materno nunca jamás me dejaba tirar un papel al suelo, siempre en los bolsillos hasta que se pudiera tirar. Mi otro abuelo era pescador de río, recogía piñas, setas… Ambas personas me marcaron enormemente y me enorgullece mucho seguir su ejemplo vital. Mi grupo de amigos siempre tuvo esa sensibilidad, así que todo fue agrandándose, he aprendido muchísimo de una de mis mejores amigas, que es bióloga y de otras dos que han sido ‘scout’, es una suerte haber tenido esas influencias, estoy muy agradecida. Las vacaciones en casa no eran vacaciones si no se subía al norte y no se hacían excursiones al campo. La playa me aburría. Solo me gustaba si, desde la arena, podía observar las montañas.
¿Qué diferencia hay entre turismo sostenible y turismo responsable?
La responsabilidad ayuda a avanzar hacia la Sostenibilidad. Sostenible quiere decir dentro de los límites planetarios (sociales, medioambientales y humanos). La responsabilidad es de sentido común, empezando por los Gobiernos, que limitan su actuación o su trabajo en esta senda a las llamadas 5 D que pasan por la desestacionalización del turismo, hacerlo deluxe para limitar la entrada a otros. Para mí eso no pueden ser soluciones con calado y profundidad. El debate debería ser limitar el crecimiento por razones económicas, medioambientales y sociales. De nuevo, toda abandonar el cuento del crecimiento (que es per sé no sostenible), el cortoplacismo (en España somos campeones con nuestra burbuja inmobiliaria, el sol y playa, la langosta congelada y el todo incluido…) del dinero rápido y ya, de las listas del paro que bajan en verano… Creo que es el principal tumor de este país.
Somos ciudadanos y no clientes
Recordemos que somos ciudadanos, no clientes. Y eso es responsabilidad. Y como somos ciudadanos y no clientes tenemos empatía por otros seres, porque no sean explotados y por nuestra propia casa, por la naturaleza (nunca me cansaré de repetir el documento tan inspirador que me pareció la primera encíclica del Papa Francisco sobre ‘nuestra casa’, sobre la naturaleza, me pareció un ejercicio valiente que requiere ser leído con calma). Si entendemos que estos límites planetarios y sociales, los recursos naturales no pueden ser explotados, además de respetarlos, estamos siendo sostenibles. Hay ciudades que multiplican de forma muy loca su población en verano, y los recursos siguen siendo los mismos. Hace poco estuve en Gijón y allí en temporada de verano se asume que todos los precios suben… ¿es esto responsable o es aplicar la D deluxe? Y por otra parte, el Principado de Asturias me parece de las comunidades que mejor están trabajando la sostenibilidad factible.
¿Hay que apelar a la moral?
Más que apelar a la moral hay que informar a través de campañas sólidas, de marcos creíbles. Creo de verdad que el Gobierno debe hacerse responsable de esta situación y establecer unos marcos de verdad, no escudarse en que son las Comunidades Autónomas las que deben tomar sus decisiones. Es como si Europa dijera que cada país debe hacer las cosas a su manera: no. No creo que este sea el camino; España debe sacar pecho y decir: «esto sí, esto no, por aquí no pasamos, somos unos cerdos». Si el Gobierno no conoce los términos, si no hace caso a Europa, si sigue dejando en manos de las comunidades unos marcos tan laxos y frágiles, perdemos fuerza en esta transición necesaria. 2017 se nos escapó vivo como año de turismo sostenible. Nadie hizo nada. Tourespaña no hizo nada. Marca España no hizo nada. Nadie incluye mención alguna en ninguna web ni red social.
La página web de Tourespaña, Marca España, no hace ninguna mención al año 2017 como año del turismo sostenible, ¿todavía nos extrañamos de dónde estamos?
¿Qué sería hacer política sostenible?
Sostenibilidad se utiliza, cada vez más como una etiqueta sin valor. Ayer me decía una persona a la que entrevisté que le daba «miedo» usarlo porque parece que los que lo hacen bien no cuentan. Se está gastando el término y se nos vuelve a deshacer en las manos, se nos escapa vivo y sin definir un marco de verdad. Y abandonar el hecho de que vamos a perder dinero en la transición o cambiando la forma de hacer las cosas. Hace falta un nuevo modelo que mida la riqueza de otra forma:
- Que limite accesos
- Que mida el impacto ambiental
- Que se preocupe del consumo de agua y energía
- Localizando nuevos segmentos de públicos (por ejemplo, Asturias, contempla el segmento ‘tranquilos’
En vez de preocuparse de cuánto se deja el visitante, de cuánto consume… mirar y controlar qué consume, qué se lleva y dónde va a parar (en términos de residuos pero también de economía local) su huella en el destino.
¿Cómo protegemos las playas y la naturaleza?
No soy experta en este tema pero tirando de lógica puedo decir que las playas pueden estar más controladas que la naturaleza, pero deberíamos actuar como perros guardianes de nuestra casa, de nuestra madre, y cuando vemos gente ensuciando, no mirar para otro lado, mucho menos reírnos: actuar, de forma contundente, severa y educada, afeando al otro lo que está haciendo. Y recoger siempre que podamos. Creo que habría, además, que limitar accesos. Yo daría carnet por puntos para varias cosas más en esta vida: conducir paraguas en Compostela y ir a la playa y al monte.
Hace falta un nuevo modelo que mida la riqueza de otra forma, no a bulto, no a corto plazo, no sin tener en cuenta el impacto social y planetario
¿Cómo preparar un viaje responsable?
Preparándolo. Bien, con tiempo y a conciencia. Toca informarse, economizar, reducir residuos y pensar en la maleta como el primer ejercicio de economía circular. En esta entrada tenéis más detalles.
¿Qué pasa con las etiquetas de alojamientos rurales, ecofriendly, etc.?
En mi opinión es otra de las cosas que entran como publicidad y ‘greenwashing‘ porque nadie quiere hacerse cargo de ello de forma pública y contundente… por dejadez o ineptitud. Estamos rodeados de etiquetas que hasta que no se definan bien, terminarán convenciendo a mucha gente que querrá sentir que hace las cosas bien pero se equivoca. Una vez más vuelvo a lo mismo: información, información e información.
¿La solución es el ecoturismo?
El ecoturismo no es trasversal, la Sostenibilidad sí.